La profusión de puertas y ventanas, soporte predilecto en la obra pictórica de Saad Alí, nos da la oportunidad de atisbar, o incluso penetrar -ello dependerá de la sensibilidad y osadía de cada uno- en el particular universo del artista. Siempre evocando -con su colorido, su simbología y su temática- «la alegría de vivir», la obra de Saad Alí, producto de una fecunda y dilatada carrera artística, sabe mantener la frescura, la inocencia, la ingenuidad e, irremediablemente, la confianza en el ser humano.

En ocasiones, sin recelo o temor alguno, sus personajes nos permiten participar de sus gozos y placeres. A veces, las ventanas entreabiertas nos invitan a espiar -como un voyeur deslumbrado por la placidez y plenitud que regalan a nuestras sorprendidas miradas- un universo expresado en escenas íntimas que, probablemente, nos deberían permanecer veladas. En todos los casos, nos atrae irresistiblemente su belleza, el radiante y luminoso colorido (delimitado por un dibujo muy firme), en el que ejercen un absoluto predominio los tonos cálidos, a través del que se hace perceptible la poética de Saad Alí.

En todas y cada una de esas escenas -regaladas o robadas- nos envuelve un afectuoso calor humano, precisamente, lo que sus cuadros rezuman por doquier. La propia calidez del soporte, la madera de puertas y ventanas que antaño abrieron la intimidad de sus casas, arropa, ahora, la desnudez y fragilidad del ser humano.

El ser humano -motivo de reflexión y protagonista de su obra- se muestra como dueño de un mundo maravilloso, largamente anhelado, al que ha accedido con sus sueños y deseos, donde no sólo tiene cabida el disfrute, la sensualidad, el amor sino que estas facultades humanas se elevan hasta un ámbito prodigioso y encantado, superior, trascendente, sublimado por lo mágico, de un lirismo subyugante.

En esta poética, pletórica de arquetipos y símbolos, aparecen armónica y aleatoriamente tanto personajes míticos propios de la cultura europea como aquéllos procedentes de la literatura oriental. Tampoco están ausentes los animales (como los gatos, también sublimados por el amor), la luna, el sol, las estrellas, el Cosmos y la Creación toda, en feliz armonía con hombres y mujeres. Porque la obra de Saad Alí es fruto de un feliz entrecruzamiento de lo occidental y lo oriental -evocado por lunas y cúpulas, también por seres de un turbadora belleza-, muy presente por su origen iraquí.

Amor y Psique -mito reinterpretado infatigablemente en la cultura occidental, desde la narración de Apuleyo- subyacen, se adivinan o se hacen presentes en la obra pictórica de Saad Alí. El amor considerado como un principio cósmico central por la filosofía y mística especulativa es, en efecto, el eje en torno al que gira su obra. Pero el amor va acompañado, como si se tratase de su propia sombra, de Psique (o alguien que hace las veces de ella), a la que permanece irremediablemente ligado, desde que la despertase de su profundo e infernal sueño.

En el mundo onírico y prodigioso de Saad Alí, el amor inevitablemente adquiere la forma de una sensual mujer, con un erotismo muy material, que desprenden sus desnudos fascinantes e irresistibles, unas manos largas y seductoras, unos pies que hablan y unos ojos ancestrales que enamoran. Psique -en la mitología, la personificación del alma- está presente en casi todos los cuadros del artista y se presenta como un hombre irremediablemente atrapado por el amor, sin el cual su propia existencia carecería de sentido.

En el universo de Saad Alí el amor lo es todo. El amor nos permite traspasar la «puerta de la esperanza» que es también la «puerta de la felicidad» y nos permite alcanzar el paraíso. Un paraíso al que los enamorados, como en los cuentos de «Las mil y una noches», pueden llegar volando en las alfombras mágicas que sus sueños y deseos han puesto a su servicio.

En este Edén onírico -donde no faltan los ángeles, ni los ríos, ni los árboles con sus sugerentes frutos- es posible la plenitud, es posible el conocimiento y el placer, la vida y la felicidad, como en la añorada obra de Matisse. Los afortunados que pueden atisbar o adentrarse en la intimidad de los enamorados se inclinan, y reverencian estas tablas, transformadas en verdaderos iconos, consagrados al amor.
Acrílicos y óleos sobre tabla o lienzo, gouaches sobre papel o cartón nos acercan a estos oasis de amor, de conocimiento, de realización que tan ausentes suelen estar en todos los rincones de la tierra. Sin embargo, la Humanidad entera -qué importa su cultura- vive alentada por sus anhelos y esperanzas, siente, desea y busca la felicidad.

La felicidad -que adivinamos y envidiamos en las miradas expresivas de seres plenos- nos atrae irresistiblemente a ese mundo de serenidad, armonía y plenitud. Un paraíso que está al alcance de nuestra mano, simplemente cruzando la «puerta de la esperanza». ¡He ahí la propuesta de Saad Alí! Propuesta que nos advierte de la necesidad de amar, que deviene una exigencia ética, al obligarnos a despertar del sueño infernal (una realidad degradada y fragmentada, que no por su absoluta ausencia está menos presente). ¡He ahí el reto!: ¿nos atreveremos a traspasar la «puerta de la felicidad»?.

Federico Verdet Gómez, profesor de Historia

Raras veces los hombres reconocen los defectos de aquellos a quienes aman, y no acostumbran tampoco a valorar las virtudes de aquellos a quienes odian.

Confucio

Como en un ocaso filosófico del amor, la obra del artista iraki Saad Alí, recrea una sensual poética de imágenes sacadas de la mitología, – palomas, lunas, soles, frutas…-, donde una especie de paraíso terrenal parece estar presente; Hay como un énfasis subrayado en retratar a través de sus imágenes los estados espirituales por los que atraviesan los individuos en determinadas circunstancias, tratando de reflejar las preocupaciones metafísicas del hombre, sus anhelos más íntimos e intensos, mediante la idea del amor.

A través de la obra de Saad Ali, reconocemos la existencia de algo mágico que conlleva la comunicación con el espectador, no solo como consecuencia de la técnica, -de una entrada y nueva visión a través de puertas y ventanas enmarcando una historia-, sino también de los motivos y temas que representa en sus obras.

La variedad del fuerte cromatismo se entremezcla entre una simbología repetitiva, en el que a modo de cariátides, y grecas nos invitan a introducirnos hacia el interior del cuadro, y en la que su idea constante del dibujo comporta la composición formal del soporte. Se trataría de un retrato de la vida, de un sensual entorno que nos introduce por su cultura, nos atrapa y nos convence. Haciéndonos participes de sus ideas, sentimientos, logrando establecer con el espectador una comunicación clara.

De manera lenta y sistemática el pintor parece transcribirnos trazo a trazo una manera de preservar un caudal espiritual único de la humanidad; el amor, las fuerzas de lo oculto, el mundo natural y cotidiano, los sueños y el hombre como tema de primer orden. Imágenes movibles y vivénciales tratando de alcanzar en primer lugar una sabiduría práctica para sobrevivir y en segundo termino tratando de aprehenderse a través de la belleza del mundo.

Rosa Ulpiano

Rarely man recognises faults of loved ones, and neither gets used to learn the value, the virtues of ones they hate .
Confusious

As a philosophical sunset of love, the works of the Iraqi artist
Saad Ali, recreates images of sensuous poetics taken from mythology – doves, moons, suns, fruits…. where a type of terrestrial paradise seems to be present ; it has an underlined emphasis in portraying through his images the spiritual state that individuals go through in specific circumstances, trying to reflect the metaphysical concerns that preoccupy man, his most intimate and intense yearnings, by means of the notion of love.

Trough the work of Saad Ali, we recognise the existence of some magical aspect that assists in communicating with the spectator, not only as a result of his innovative vision and technique through doors and windows that frames a story, but also through the motifs and themes that he represents in his work.

The variety of the strong chromatism intermingles between a repetitive symbology, where, in the manner of caryatids and frets we are invited to enter towards the interior of the painting, and on the other hand his constant preoccupation with drawing that contains a formal compositional support. It is an attempt to portray life, of a sensuous environment where he introduces us through its culture, it traps and convinces us. Making us participate in his concepts, feelings, succeeding in establishing a clear communication with the spectator.

In a systematic slow motion the painter seems to transcribe, stroke by stroke, a way of preserving a spiritual flow unique to humanity; love, the strength of the occult, the everyday and natural world, dreams and man as its principal topic. Moveable experienced images intending to reach primarily a practical wisdom to survive and secondly trying to apprehend through the beauty of the world.

Rosa Ulpiano

Original text www.weareonemag.com/saad-ali-doha-qatar by Araceli Gallego

What to do in Doha? Visit Saad Ali’s exhibition in Katara

If you go to Al Markhiya Gallery in Doha, you will be able to enjoy the exhibition that is running until the 11th of November of the Iraqi painter Saad Ali. Gentle Soul is the name of the exhibition and you can find it at the Katara Art Center. We went there and fell in love with the colours, the scenes and the strong personality of the paintings. We wanted to know the person behind them and here you have what he told us.
The Interview: Saad Ali

Hi Saad. Checking your bio, you were born in Iraq, but after that you have been living in Italy, the Netherlands, France and lately in Spain. You definitely enjoy travelling, how does it affect your creations?

My Art grows with my travelling. It was a long journey for me and my art that started in my hometown Diwanya in Mesopotamia.

In Tuscany, Italy, I had the chance to know important artists, one of them was Pietro Annigoni who taught me how to paint frescos.

In Amsterdam, Holland, is where I learned to paint light without the presence of the sun in my paintings. Great masters like Rembrandt and Vermeer taught me.

France and Spain brought me much love and sunlight which shows in my paintings.

“My Art grows with my travelling”

What do you prefer from each of the countries you lived in?

I have very dear memories of Holland as that is where my two sons were born.

…and from Spain?

Spain is very special for me because here I fell in love with the love of my life. I love working in Spain because it is very similar to the Arab world.

In the exhibition you painted on windows, doors and canvas… Also we saw you painted in 30 and 50 metres paper rolls. The picture gains in volume using doors and windows but at the same time it makes it more difficult. What draw you to start using this kind of unconventional surfaces?

In the eighties I started to work on a very important theme called The Door of Hope. For that theme I started to paint on doors and windows. In many countries I have had exhibitions on The Door of Hope.

The scenes remind of the Greco-Roman fresco paints when it comes to the freshness and way to portrait the savoir vivre, certain hedonism and also the cubism of Picasso with a very strong symbolism. What is your inspiration?

My work reflects hope and a positive way of thinking in life. Love and Nature fill me with dreams.

There are scenes that seem very magical and you feel like you are interrupting a dream or a private conversation. There is a story being told and harmony and love seems to be very important in your creation. What does love mean for you?

Love is my eternal source, my well, to create. A source which will never run dry.

How do you work? You have the story in your head or you let the shapes or the colours come to life?

All the shapes and colours come spontaneously on to the canvas o paper, I never make sketches beforehand. I love the work to surprise me. I live in a place in nature surrounded by animals and people who inspire me to work with enthusiasm.

Some scenes are very sensual and you have exhibited all over the world, do you select what paintings to show in each place to facilitate the local taste or the selection is done by the galleries?

Together with the gallery or the museum I select the works for the exhibitions.

You have also painted graceful angels, peace doves and stars in a dome of a church in Valencia, Spain. That piece is very impressive too. What are your thoughts on religion and peace?

Although I am not a catholic, I have painted several frescoes in churches, in Spain as well as in Holland. My religion is my art and it will always unite peace and love.